«Para iluminar un bosque basta que florezca un lirio», podemos leer en la aventura número 40 de Astérix y Obélix. ¡Esperamos que la sonrisa vuelva al rostro de Abraracúrcix! ¿Qué le habrá pasado a nuestro jefe galo favorito? ¿A qué viene ese ceño?
«Me encanta reencontrarme con nuestros amigos los galos y dibujarlos en situaciones poco habituales, trastornados por los efectos de una nueva forma de pensar, El Lirio Blanco, llegada de Roma», Didier Conrad.
El álbum también se va a publicar en asturiano, catalán, gallego y esukera.
Mientras llega el 26 de octubre de 2023, fecha en la que se publicará el nuevo cómic de Astérix, Fabrice Caro, guionista de El Lirio Blanco, nos desvela algunos secretos.
Háblanos de la génesis de este libro.
Tenía ganas de hacer un álbum centrado en la aldea y su entorno. Me gustan especialmente los cómics de Astérix en los que se introduce un elemento ajeno al pueblo que perturba su equilibrio y observar la reacción de los vecinos, con sus cosas buenas y sus cosas malas. Entonces surgió la oportunidad de estudiar en detalle un fenómeno que afecta a la sociedad contemporánea...
¿Por qué ese título?
El Lirio Blanco es el nombre de una nueva corriente de pensamiento positivo procedente de Roma que comienza a extenderse por las principales ciudades del Imperio, desde la capital hasta Lutecia. César decide que ese método puede tener un efecto benéfico en los campamentos romanos que rodean la famosa aldea gala, pero los preceptos de esa escuela llegan también a los lugareños que se cruzan en su camino… ¡La plancha que se publicó en diciembre da una idea de cuáles son sus efectos! Buscaba un título que siguiera la línea marcada por Goscinny y Uderzo, que a menudo encarnaban el tema de cada álbum en un objeto físico o una persona (Astérix y el caldero, El adivino, La gran zanja, El escudo arverno, La hoz de oro...). Aquí, el lirio es símbolo de benevolencia y plenitud, o al menos eso es lo que esperamos...
Abraracúrcix, el famoso jefe galo, no parece muy feliz en la ilustración anterior… ¿Qué ocurre en la aldea?
Sí, hay que reconocer que lo hemos visto en mejor forma… Esa nueva corriente de pensamiento impacta también en nuestros amigos los galos, y no siempre para hacerlos felices. Ese es el caso del jefe de la aldea, que está experimentando una crisis…
ABRARACÚRCIX
Ser jefe e hijo del antiguo jefe de la aldea, ese es el peso que este hombre lleva sobre los hombros, sobre todo cuando tiene que decidir el destino del único pueblo galo capaz de resistir una y otra vez a las legiones romanas. Contando con grandes guerreros como Astérix y Obélix uno pensaría que la tarea de Abraracúrcix es fácil, pero no. Nuestro líder «indiscutible» —pese a que más de una vez se lo discutan— se ha enfrentado a todo tipo de dificultades: a la competencia desleal, a un escudo que se cae continuamente e incluso a los duros comentarios de Karabella, su esposa, que le recuerda sin cesar los éxitos de Homeopátix, su cuñado (quien, por cierto, lo ningunea llamándolo «el otro» en Los laureles de César, 1972).
Sin embargo, no olvidemos esos momentos de valentía en los que Abraracúrcix siempre ha defendido el honor de su aldea e incluso de toda la Galia: cuando gana una épica batalla entre líderes (El combate de los jefes, 1966), cuando desafía a los belgas, que se enorgullecían de ser los más bravos (Astérix en Bélgica, 1979), cuando se enfrenta a Ortopédix y sus intentos de usurpación (El regalo del César, 1974) o cuando sufre el estricto régimen que le imponen en El escudo arverno (1968). Su personaje evoluciona a lo largo de los álbumes y se convierte poco a poco en una figura política por derecho propio: un poco narcisista, eso sí, ansioso por soltar largos discursos y recrearse sobre su escudo…
Su principal miedo: ¡que el cielo se le caiga encima! ¿Será esa la razón de que esté fastidiado? ¿O la causa será nuestro famoso Lirio Blanco?
EL LIRIO BLANCO: UNA FLOR ESPECIAL
Laurence Gossart, doctora en Artes de la Universidad Paris I Panthéon-Sorbonne
¿Cuál es la historia del lirio?
El lirio apareció en el Cretácico, un periodo que terminó hace sesenta y seis millones de años. Es una flor pequeña pero de gran valor. Es uno de los símbolos egipcios, asociado especialmente a Horus, el dios del cielo. El lirio pertenece al género «iris» e Iris era una diosa griega favorita de Hera, pues solía entregar buenas noticias. Iris viajaba a la Tierra desplazándose precisamente sobre el arcoíris. Hay muchas variedades de lirios y de iris: las más famosas son el iris alemán (iris germanica) y su variedad florentina (iris florentina). Este último, blanco, es el lirio del título y el que se encontraba por todo el Mediterráneo en la antigüedad. Ese sería el que conocerían y usarían los griegos y los romanos. Más tarde, en el siglo vi, Clodoveo I, rey de los francos, haría de esta flor el símbolo que se conoce hoy como la flor de lis. Luis VII de Francia la incorporaría a su escudo en el siglo xi y a partir de entonces la flor de lis se consideró el emblema de los reyes de Francia. Quinientos años más tarde pasó a formar parte del escudo de la dinastía Borbón como un campo de flores de lis doradas sobre fondo blanco.
¿Cómo utilizaban los pueblos antiguos esta flor? ¿Cuál era su significado?
El lirio es una auténtica planta mágica. Posee numerosas virtudes, muchas de ellas simbólicas. Es una de las plantas más codiciadas por sus beneficios terapéuticos. En Grecia la flor adornaba las tumbas en homenaje a la diosa Iris, una de cuyas tareas era cortar el pelo de las mujeres moribundas antes de guiarlas al descanso eterno. Los romanos vieron en sus pétalos símbolos de sabiduría, fidelidad y valentía. Diosa, mujer y flor, Iris también es para los poetas la encarnación de la mujer amada. Sinónimo de coraje y fidelidad, aumenta la sabiduría y los conocimientos. Simboliza el ardor y es también señal de gran inteligencia. ¿Y qué significa exactamente el lirio blanco? El arcoíris difracta la luz blanca y muestra una explosión de colores. El lirio blanco es, por lo tanto, la encarnación de una idea paradójica: es un color y todos a la vez. En el lenguaje de las flores esta aparente paradoja desaparece para anunciar un tierno amor.
¿Qué pintan nuestros amigos los galos en medio de todo esto?
¿El perfume de los lirios los habrá embriagado? ¿Se habrán bañado con sus pétalos para purificarse y alejar los malos espíritus, como hacen en Japón? ¿Habrán masticado los rizomas del lirio o habrán adorado sus flores, como los antiguos griegos y romanos? Quizá. Europa fue ocupada por esta flor mucho antes que por los seres humanos… Portador de buenas noticias e intenciones, el lirio iluminó con su sabiduría los valles y las llanuras antes de adornar templos o incluirse en pociones.